La Unión Europea (UE) desvela su estrategia para la venta de diésel y gasolina en 2035, marcando un hito significativo en el futuro del sector.

Publicado el


La gasolina y el diésel, así como la combustión interna en general, se encuentran en un proceso de transformación inevitable. En Europa, la transición hacia la movilidad eléctrica ya no es un tema de debate sobre si ocurrirá, sino más bien de cuándo y cómo se llevará a cabo esta transformación en el sector del automóvil y el transporte por carretera.

Aunque se había asumido ampliamente que en 2035 se prohibiría la venta de automóviles de gasolina, diésel e híbridos, recientes acontecimientos sugieren un giro en esta dirección. La Unión Europea, inicialmente decidida a prohibir por completo la venta de vehículos con motores de combustión interna en 2035, ha revisado sus objetivos en dos aspectos clave:

  1. Los umbrales de emisiones para los coches nuevos no serán tan estrictos como se había propuesto inicialmente, en un intento de equilibrar la presión sobre los fabricantes para que inviertan en la transición eléctrica sin ahogar su competitividad actual en vehículos de combustión interna.
  2. La posibilidad de permitir la continuación de vehículos diésel y gasolina más allá de 2035, siempre y cuando utilicen combustibles sintéticos y biocombustibles neutrales en carbono. Esta opción fue considerada en junio de 2022, abriendo la puerta a una transición más gradual.

El proceso de transición para el transporte pesado presenta desafíos adicionales debido a sus necesidades específicas y su papel crucial en las cadenas logísticas europeas. La hoja de ruta propone reducir las emisiones en camiones nuevos en un 45% en 2030, un 65% en 2035 y un 90% en 2040.

La Unión Europea permitirá la utilización de motores de combustión interna en camiones nuevos, siempre y cuando se cumplan los objetivos de reducción de emisiones mediante el uso de combustibles neutrales en lugar de diésel y gasolina convencionales.

El reciente acuerdo y propuesta de regulación europea apuntan a la definición de un nuevo tipo de vehículo que funcionará exclusivamente con combustibles CO2 neutrales. Esta medida se asemeja al enfoque que podría adoptarse para permitir la venta de coches nuevos con motores de combustión interna más allá de 2035.

Aunque la definición exacta de estos vehículos aún no se ha concretado, se espera que se establezcan normas y recomendaciones para garantizar su viabilidad. Esto incluirá la creación de un marco de distribución de combustibles neutrales y la adaptación de los objetivos del plan RePowerEU para fomentar la producción de biometano y otros biocombustibles neutrales.

Sin embargo, este enfoque ha sido criticado por su consideración de los combustibles sintéticos como costosos e ineficientes. Organizaciones como Transport & Environment abogan por una posición más clara de Europa en la carrera mundial de la industria del transporte pesado, advirtiendo sobre la competencia con Estados Unidos y China.

En los próximos meses, se espera obtener más detalles sobre cómo evolucionará la industria del automóvil más allá de 2035 y qué alternativas al vehículo eléctrico, diésel y gasolina estarán disponibles en ese momento.

Fuente: diariomotor

ÚLTIMAS NOTICIAS
Puede interesarle