Imaz (Repsol) ve un «cambio» y se muestra «un poco más positivo» respecto a las condiciones fiscales en España.

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El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha considerado que percibe un «cambio» con respecto a la posibilidad de mejoras en el marco regulatorio y fiscal en España y se ha mostrado un «poco más positivo», después de haber cargado en los últimos tiempos contra la posibilidad de prolongarse en el tiempo el impuesto especial del Gobierno sobre las energéticas.

En una presentación ante analistas del nuevo plan estratégico de la compañía, Imaz señaló su confianza en que de «algún modo las cosas podrían cambiar a corto plazo» teniendo en cuenta el discurso del Gobierno de la necesidad de invertir en el sector energético en el país. «Tengo un poco más de perspectiva positiva de la que tenía algunas semanas atrás sobre eso. Pero vamos a esperar, vamos a ver», dijo.

El directivo se refería así a la opción del Gobierno de prorrogar este gravamen especial, instaurado inicialmente por dos años -2023 y 2024- para hacer frente al impacto por la crisis por la guerra en Ucrania-, aunque suavizándolo al incluir en los Presupuestos incentivos a la reinversión.

A este respecto, también señaló que la Comisión Europea ha indicado que esté impuesto debería ya ver su fin y que va en contra de la necesidad de invertir en la descarbonización de la economía europea».

No obstante, Imaz recordó que en el pasado fue «cristalino» cuando advirtió de que no se abordarían inversiones en la transformación de sus centros en España si «no se veían retornos y una certidumbre clara» regulatoria y fiscal.

«DEBE SER MODIFICADO» YA QUE «NO TIENE NINGÚN SENTIDO».

Posteriormente en rueda de prensa, el ejecutivo de Repsol insistió en la idea de rebajar el enfrentamiento con el Gobierno de los últimos tiempos y reiteró su confianza en que existe la idea de que el impuesto extraordinario «debe ser modificado».

Con un cable de alta tensión en mano, Imaz defendió que «no tiene ningún sentido» primar al que lo produce fuera y luego lo introduce por un puerto en España, frente al que «invierte y crea empleo industrial en España». «No se puede sostener con la mirada alta que esto es social. Un gravamen que está discriminando al que apuesta e invierte en España y favorece al que no y crea la riqueza en otro país», dijo.

Por ello, consideró que el presidente Gobierno, Pedro Sánchez, ya ha señalado que este gravamen debe reformularse, «ya que la prioridad debe ser la inversión».

Así, tendió la mano a un «diálogo abierto» con el Gobierno, y con una batería de proyectos de inversión presentada en su actualización estratégica para realizar, para que haya un marco regulatorio y fiscal «adecuado» que le permita a la compañía «llevar toda esta inversión industrial adelante». «Sería muy bueno para el país y los ciudadanos», añadió al respecto.

LAS INVERSIONES «SE PUEDEN HACER O NO HACER».

No obstante, advirtió de que las inversiones «se pueden hacer o no hacer», y todo dependerá de que se cuenten con ese marco regulatorio y fiscal adecuado, ya que «no estamos en un mercado regulado». «Nos da el precio el barco que entra por Bilbao o Cartagena, y cuando una refinería india compra crudo ruso y tiene unas condiciones fiscales y regulatorias distintas, pues no podemos competir y las inversiones se pueden hacer o no hacer», subrayó.

Según el nuevo plan estratégico presentado por la compañía, Repsol invertirá una cifra récord de entre 16.000 y 19.000 millones de euros en los próximos cuatro años (2024-2027) para acelerar su plan de trasformación hacia una compañía cero emisiones netas y protagonista en la transición energética.

Repsol cuenta con cinco de sus siete complejos industriales en España y estima que su transformación para ser punteros y desarrollar productos de bajas emisiones, como los combustibles renovables, el hidrógeno renovable y el biometano, requerirán inversiones netas en un rango de entre 2.000 y 3.000 millones de euros, condicionadas así a esa regulación y la fiscalidad en el país.

«SER MÁS INTELIGENTES» EN LA DESCARBONIZACIÓN.

Por otra parte, Imaz llamó a Europa a «ser más inteligentes» en Europa a la hora de abordar la descarbonización», mostrando su preocupación ante el hecho de que el Viejo Continente esté «perdiendo mucho empleo industrial y pidiendo una transición basada «en los principios industriales y tecnológicos» del país.

Así, aseguró que transición energética debe sostenerse sobre tres pilares: la descarbonización, pero también garantizando la seguridad de suministro y un precio de energía competitivo. Además, mostró su preocupación ya que se «están aumentando las emisiones de CO2 en el mundo».

FUNETE: EUROPA PRESS

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