«Empresas alemanas desafían la prohibición de coches de gasolina en 2035: un enfoque ideológico»

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A pesar de la decisión ya aprobada de que en 2035 no se vendan en Europa coches que consuman combustibles fósiles, desde los motores de gasolina a los híbridos, existen sectores que siguen denunciando que la Unión Europea haya optado en sus planes verdes por favorecer unas tecnologías frente a otras, precipitándose en el abandono del motor de combustión. Entre las voces en contra surgidas en estos meses destaca una iniciativa judicial de un grupo de empresas alemanas dedicadas a la fabricación y distribución de combustibles, que han decidido llevar la prohibición ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea por considerar que les perjudica.

La empresa líder en esta demanda es Christian Lühmann GmbH, una centenaria empresa energética familiar ubicada en la localidad de Hoya, entre Bremen y Hamburgo. Entre sus áreas de negocio se encuentra la distribución de combustibles y ha decidido invertir en la investigación de combustibles verdes, desde los biocombustibles elaborados a partir de residuos hasta los conocidos como combustibles sintéticos, fabricados a partir de agua y energía renovable y que buscan utilizar en su fabricación el mismo CO2 que luego se emitirá a la atmósfera.

La demanda argumenta que este tipo de combustibles debería ser considerado como una «vía adicional» para «descarbonizar» la Unión Europea, que es el objetivo de la prohibición de los coches de gasolina. Además, señala que la decisión de la Unión Europea, al menos en el transporte por carretera, va a frenar su desarrollo e impedir que un día llegue a abaratarse y generalizarse.

Lorenz Kiene, director de Lühmann GmbH, reclama que «no se ponga solo el foco en la electrificación». La demanda denuncia que la UE no está teniendo en cuenta todo el ciclo de vida del vehículo para calcular las emisiones y señala el impacto que tienen los vehículos eléctricos si se tiene en cuenta todo el proceso, desde la extracción de materias primas para la fabricación de las baterías hasta la generación de la electricidad que los alimenta, lo que en el caso alemán aún implica un importante porcentaje de combustibles fósiles, desde el gas al carbón.

Fuente: libremercado

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