Biogás: cómo usar la basura para producir energía

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Este combustible renovable, que se obtiene a partir de residuos orgánicos y agroganaderos, es una de las claves para la descarbonización de la industria y el transporte.

El biogás se crea a partir de lo que no se consume. De la peladura de esa fruta, de esa verdura que se ha estropeado, de los huesos y raspas que dejamos en el plato: lo que se tira en el cubo marrón de residuos orgánicos. También de lo que se desecha en el proceso de producción de los alimentos, los residuos provenientes del sector agroganadero. Con este gas se puede producir electricidad, calor y biometano, un sustituto del gas natural que también puede utilizarse como combustible para vehículos.

El biogás se obtiene mediante la degradación de la materia orgánica en ausencia de oxígeno, en un proceso llamado digestión anaeróbica, que tiene lugar en digestores, unos contenedores cerrados donde los microorganismos descomponen los desechos. Esta operación exige una buena mezcla de ingredientes para que la producción sea de calidad. No obstante, los digestores aceptan residuos variados, lo cual supone una ventaja, ya que se puede disponer de materia prima de diferentes orígenes. Por ejemplo, los purines contienen un alto nivel de nitrógeno y agua, y poca materia orgánica, así que hace falta agregar también paja de cereal y de otros residuos orgánicos de recogida selectiva para obtener un mayor rendimiento. “Una dieta equilibrada”, la llama Vicente Bernal, bioquímico del centro de I+D Repsol Technology Lab.

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