La ACEA, Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, está reevaluando su situación en torno a la fabricación de coches eléctricos. Las ventas de estos vehículos han bajado sensiblemente, y las principales compañías no creen que puedan cumplir con las nuevas normativas en los límites de emisiones para el año que viene. Y pueden enfrentarse a multas millonarias.
[urcr_restrict]La ACEA, quiénes son y por qué han pedido una corrección
La ACEA está formada por los principales fabricantes de coches, entre los que podemos mencionar el grupo BMW, Daimler, Honda, Toyota, Ford, el grupo Renault, Volkswagen, Mercedes Benz, Hyundai o Nissan. El grupo Stellantis, a su vez, se retiró del grupo, por sus desacuerdos en la resolución tomada por la ACEA. Este grupo está formado por otras empresas internacionales, como Fiat, Chrysler o el francés PSA.
Pese a su apoyo a las resoluciones de la UE, la ACEA contraargumenta la falta de condiciones ideales para continuar la fabricación de más coches eléctricos. Entre estas variables están más estaciones de recarga y repostaje de hidrógeno, asequibilidad de energía verde, más incentivos fiscales para la compra de este tipo de vehículos y el suministro seguro y constante de hidrógeno, baterías y otras materias primas indispensables.
Es innegable la situación poco favorecedora: en agosto de este año, las ventas de coches eléctricos bajaron estrepitosamente a un 43,9%, siendo que su cuota de ventas quedó en 14,4% del mercado. Hay que recordar que en el mismo periodo de 2023 tuvo 21%. Según los cálculos, representa el cuarto mes consecutivo de merma en las ventas.
Por qué está sucediendo este descenso
La causa más sobresaliente son los precios de los coches eléctricos de los principales fabricantes, que se están enfrentando a un coloso sin competencia: China. Alemania es uno de los grandes perjudicados en la fabricación y venta de estos coches. En lo que va de año presenta un 68% menos en ventas, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Francia ha bajado un 33%, por poner otro ejemplo.
En total, Europa, hasta agosto de 2024, ha matriculado 902.000 coches eléctricos, apenas 10% más que en 2023. China, por su parte, ha matriculado 583.000 coches 100% eléctricos solo en agosto. El porcentaje de crecimiento de los chinos deja a Europa prácticamente fuera de la competencia, con un 20% de crecimiento interanual, siendo capaces, como vemos, de llegar al 50% de las ventas europeas de un año, pero en ocho meses.
Esto, obviamente, asusta a la ACEA, que está tratando por todos los medios de mantenerse en el juego. Sin embargo, su principal hándicap es el precio de cada vehículo eléctrico, demasiado caro, frente a los considerablemente más baratos coches eléctricos chinos. Una estrategia europea que ha fracasado desde todo punto de vista.
Para la ACEA, esto significaría que el pago de multas multimillonarias podría reducir drásticamente la producción de coches eléctricos, recortes y pérdida de empleos y, no lo más importante, pero sí destacable: la pérdida de valor de las empresas europeas. Todo ello frente a un competidor que podría debilitar muy fácilmente la industria automotriz del continente. ¿Una amenaza velada si no se corrige la normativa? Así lo ven algunos analistas.
Esta es la razón por la que el grupo de fabricantes de coches está pidiendo que se rebajen los límites de CO2, como medida urgente y defensiva, antes de que los nuevos objetivos de emisiones entren en vigor en 2025. Habrá que esperar la reacción de la UE y la respuesta que dará a esta preocupante contingencia. Pero sin duda, los fabricantes también tendrán que reevaluar sus estrategias de precios.
Fuente: El Adelantado. [/urcr_restrict]