- Si el precio del petróleo se mantiene bajo, el crecimiento de la producción peligra
- Los productores de la Cuenca Pérmica necesitan un barril a 62 dólares para invertir
- El gran riesgo a medio y largo plazo es el agotamiento de las reservas más accesibles
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La gran fuente de petróleo de EEUU está enfrentándose a una situación cada vez más compleja ante el agotamiento de las reservas de petróleo más rentables y fácilmente extraíbles. Esta situación se ha convertido en la gran amenaza de medio y largo plazo para la Cuenca Pérmica, situada entre Texas y Nuevo México. Sin embargo, otra amenaza inesperada y mucho más inminente podría ‘atascar’ (solo temporalmente) la producción de este gran yacimiento. La caída en el precio del barril de Brent y del West Texas Intermediate ante los temores de una desaceleración económica mundial por la guerra comercial pone en jaque la producción del petróleo de esquisto en EEUU, según advierten los expertos de Rystad Energy y la AIE. La Cuenca Pérmica, el yacimiento de crudo de esquisto más grande del mundo, corre el riesgo de quedar ‘atascado’ en lo que a producción se refiere por los bajos precios del ‘oro negro’ y los crecientes costes de producción, que han aumentado en más de dos dólares de un año para otro. Sin embargo, aunque el precio del crudo se mantenga en niveles relativamente bajos, los expertos creen que la producción en la Cuenca Pérmica no se reducirá, simplemente no crecerá o lo hará a un ritmo menor que el previsto cuando el precio del petróleo rondaba la zona de los 75 dólares por barril.
Hasta la irrupción de la guerra comercial y la consecuente caída del precio del petróleo, la gran amenaza para el mayor yacimiento de petróleo de esquisto del mundo provenía del agotamiento progresivo de sus reservas más rentables. Los nuevos pozos se están perforando ya en los ‘bordes’ del yacimiento, donde la producción de crudo es cada vez menor y lo que se extrae en mayor cantidad es agua y gas. Las empresas energéticas comercializan el gas, pero esto es menos rentable que el crudo. Todo ello aumenta los costes: deben tratarlo y construir o arrendar espacio en los ductos para su transporte. La geología de la Cuenca Pérmica (o Pérmico) añade otra capa de complejidad: la perforación en la cuenca produce, en promedio, cuatro barriles de agua por cada barril de petróleo, mientras que en otras cuencas la proporción es más cercana a uno a uno, según datos de la firma de análisis de agua en yacimientos petrolíferos B3 Insight. En todo caso, esta amenaza de medio y largo plazo no tiene nada que ver con la actual, que son los precios del petróleo y que pone en peligro el crecimiento del bombeo del crudo de esquisto, que se ha convertido en la gran fuente de EEUU.
El petróleo de esquisto lo es todo
El petróleo del esquisto suponía en 2024 el 64% de la producción total en EEUU, que encontró en este tipo de crudo su gran catalizador hace algo más de una década para convertirse en una potencia petrolera más y reducir su dependencia exterior. Este tipo de petróleo tiene mayores costes, pues, a diferencia del crudo convencional, logrado al perforar sobre el terreno y extraer el fluido, el esquisto se extrae o bien a través de la fracturación hidráulica (fracking) o bien sacando directamente los sedimentos antes de procesarlos y que se ‘conviertan’ en petróleo. Solo la Cuenca Pérmica está produciendo más de 6 millones de barriles de petróleo cada día, lo que supone alrededor del 40% de toda la producción de EEUU.
Los aranceles de Trump son la mayor subida de impuestos en EEUU desde 1993.
Cabe recordar que el petróleo de esquisto, también conocido como shale oil, es un tipo de crudo no convencional que se encuentra atrapado en formaciones de roca sedimentaria de grano fino, como el esquisto. A diferencia del petróleo convencional, que fluye con facilidad hacia los pozos, el de esquisto requiere técnicas especiales para ser extraído debido a la baja porosidad y permeabilidad de la roca. En Estados Unidos, su obtención se realiza principalmente mediante la combinación de dos tecnologías: el fracking y la perforación horizontal. Esta técnica consiste en inyectar a alta presión una mezcla de agua, arena y aditivos químicos para fracturar la roca y liberar el petróleo, permitiendo así su ascenso a la superficie. Gracias a esta revolución tecnológica, Estados Unidos ha pasado en pocos años de ser un importador neto de crudo a convertirse en el mayor productor mundial de petróleo.
Pese a los mayores costes operativos, Estados Unidos ha fiado su ascenso entre los grandes países productores a este tipo de crudo, que ha multiplicado la producción de EEUU, pues según los números del Energy Institute de 2022, su cuota de mercado era del 18,9% del total mundial. De hecho, la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), la estimación es que el país produjo 3.040 millones de barriles de este tipo de crudo, el 64% de la producción total de crudo. Pero la bajada del crudo puede alterar esta producción, ya que para el banco JP Morgan la gran amenaza para la producción de crudo en Estados Unidos no es la falta de petróleo, sino más bien el precio al que se venda.
El riesgo de un estancamiento
«A un precio del WTI de 60 dólares, la producción de petróleo estadounidense probablemente se estancará, mientras que a 50 dólares, directamente se reducirá con la actual estructura de costes», aseguran los analistas de JP Morgan Commodities. El precio del crudo se encuentra en esta zona. El West Texas cotiza en los 64 dólares por barril este miércoles tras una importante recuperación ante la nueva posición de EEUU en la guerra comercial (ahora parece que quiere negociar hasta con China una reducción de los aranceles), sin embargo, ha pasado varias jornadas cotizando por debajo de la zona de los 60 dólares. La elevadísima volatilidad en los precios del ‘oro negro’ tampoco ayuda a los productores de crudo americanos que necesitan cierta estabilidad y previsión para invertir, por lo que la hipótesis del estancamiento de la producción sigue presente por ahora.
Al respecto, Norbert Rücker, responsable de Investigación Next Generation de Julius Baer, destaca que el enfriamiento del mercado y la demanda de petróleo «mantienen los precios bajo presión», aunque «más allá del ruido geopolítico, parecen estar gestándose cambios estructurales» que pueden provocar que el precio del petróleo siga en esos números.
La OPEP aumenta la competencia
«El crecimiento de la producción prometido por las naciones petroleras (la OPEP) está intensificando la competencia, lo que probablemente limitará la cuota de mercado del petróleo de esquisto de EEUU», resume asimismo Baer, que asegura que la supremacía estadounidense «parece estar bajo un escrutinio más amplio». Precisamente, el último informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señalaba que «los productores de la Cuenca Pérmica declararon recientemente que necesitaban el Wext Texas a 62 dólares para perforar un nuevo pozo de forma rentable, según la Encuesta de Energía de la Reserva Federal de Dallas».
Desde Rystad Energy explican que aunque este nivel de precios se sitúa muy por encima de los umbrales de rentabilidad fundamentales de la producción y el transporte para la mayoría de las empresas estadounidenses de petróleo de esquisto, especialmente las de la Cuenca Pérmica (donde el breakeven se sitúa en unos 35 dólares), otros elementos corporativos como los crecientes costes de materiales y salariales, el pago de dividendos y los costes del servicio de la deuda, implican que el umbral de rentabilidad del flujo de caja corporativo total para muchas empresas petroleras estadounidenses se acerca a los 62,50 dólares por barril. Si los precios del petróleo se mantienen bajos, el crecimiento de la producción petrolera estadounidense este año podría estancarse, incluso en la prolífica Cuenca Pérmica, ya que los operadores podrían verse obligados a reducir su actividad (invertir menos para tener más efectivo y liquidez) para mantener los pagos a los inversores.
La confianza ya era frágil tras la publicación a finales de marzo de la Encuesta de la Reserva Federal de Dallas del primer trimestre, que reveló la preocupación de los ejecutivos del sector petrolero y gasístico por el impacto de las políticas comerciales del presidente Trump. Tras la elaboración del presupuesto para 2025, las empresas estadounidenses de petróleo de esquisto han emitido unas previsiones que indican otro año de crecimiento moderado, pero en ese plan no se preveía que el petróleo pasase de los 75 dólares a los 64 dólares actuales. Además, se preveía que casi todo el crecimiento en la producción se concentrase en la Cuenca Pérmica.
Desde Rystad advierten de que si los precios del West Texas caen a la zona de los 62,5 dólares, «observamos riesgos significativos para la producción estadounidense en 2025. Una desaceleración en la Cuenca Pérmica podría significar una desaceleración significativa del ritmo de crecimiento en 2025, si los precios se mantienen bajos… El modelo de negocio adoptado por los productores de petróleo estadounidenses en los últimos años es mucho más difícil de mantener con precios por debajo de este nivel. Esto significa que será necesario sacrificar alguna combinación de niveles de actividad a corto plazo, pagos a inversores o preservación de inventario para defender los márgenes. Si bien la sensibilidad de las empresas a los factores mencionados varía, la actividad y la producción serán las más amenazadas», comentan desde esta firma especializada en energía.
Fuente: El Economista.
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