El sector petrolero español, golpeado por el fraude millonario de los carburantes, mira con recelo a Gibraltar. Las sospechas están justificadas por las estadísticas oficiales, que reflejan una fuerte escalada de las importaciones de diésel. Entre las empresas se teme que algunas redes delictivas estén usando el Peñón para introducir el combustible con el que, posteriormente, se comete el fraude.